'Marcas racistas', ¿deberían mantener sus namings?
Cómo la diversidad y la inclusividad han afectado a marcas con sesgos raciales en sus nombres
Los tiempos, las personas y la sociedad cambian con el paso del tiempo y lo que un día lo veíamos como algo corriente, algo que ‘no hace daño a nadie’ lo empezamos a ver como algo que debemos cambiar. Así ha pasado con diferentes marcas con sesgos raciales en sus namings y/o identidades verbales. En 2020, con el movimiento Black Lives Matter se hizo aún más latente la necesidad de borrar estos rasgos racistas que permanecían inamovibles.
Hay quien solo ha cambiado partes y hay quien lo han cambiado todo. ¿Quien no recuerda el “yo soy aquel negrito del África Tropical”'? La marca Conguitos que cae de forma cíclica en crisis de marca o los dulces Filipinos, entre tantas otras.
Washington Commanders, los antiguos Redskins de la NFL
El 2 de febrero de 2022, los Redskins cambian su nombre y toda su identidad en un rebrand completo para convertirse en los Washington Commanders. A sus fans se les conoce como Red Wolves o Wolves. Ahí había un buen hilo del que tirar, pero, al final, dijo su presidente que por temas de registro no podían usarlo y se quedaron con este. Tristemente, muy cercano al San Antonio Commanders. Y, después de 2 años de estar trabajando en ello, no me parece la idea más original ni elaborada. Así que la percepción y la desilusión de los aficionados de este equipo de la NFL fue rotunda.
Su antiguo nombre ‘pieles rojas’ hace referencia a los nativos americanos y si imagen también era un nativo americano.
Otro ejemplo de equipo deportivo que usaba la imagen de un nativo americano era el equipo de rugby galés Exeter Chiefs. Y fue también en 2022, en este caso en enero, cuando hicieron su cambio de imagen corporativa para pasar a tener representación celta que sí forma parte de su cultura. En este caso, a parte del sesgo racial también podríamos estar ante apropiación cultural.
Mientras hay marcas que se resisten
Hay algunas que se enrocan a hacer cualquier tipo de cambio para cambiar este sesgo racial perenne en sus namings o identidades, especialmente en España. Entre ellas: Conguitos, Filipinos, Negrita, Cola-Cao…
Si nos fijamos en bebidas alcohólicas, especialmente los rones, se ha tenido a jugar con el erotismo (y racismo) de la figura de otros países a raíz de la colonización ya que el ron era uno de los principales productos importados. Algunos de estos namings eran (o son): Ron Negrita, La Mulata o La Esclava. Y en femenino también. ¿Causalidad? Para nada.
Frigo, en su día, por ejemplo tenían el helado El Negrito (que cambió a Negritón y luego a Choc'n'ball). Y otras marcas comercializan aún productos con nombres como Gitanitos o Morenitos.




La crisis de reputación de Conguitos
Esto se merece un capítulo especial. Mis dieses (irónicos) al rebrand que hicieron en Chocolates Lacasa para conmemorar el 50 aniversario de la marca. Era el mejor momento para un restyling acorde al momento social actual y al respeto hacia otras culturas y países, pero decidieron que era una buena idea seguir con sus sesgos raciales. La caricaturización de los congoleños, de esos ‘salvajes africanos’, se ha convertido ahora en esos ‘negros modernos’.
Conguitos es un diminutivo despectivo utilizado para nombrar a las personas de El Congo.
¿Se trata de ser políticamente correctos o de respetar a las personas? A veces, hay un hilo muy fino. Algunas de estas marcas nacieron cuando este tipo de imágenes y referencias eran comunes y aceptadas (aunque igualmente inaceptables), pero ¿hacen bien en cambiarlas o deberían mantenerlas? La sociedad evoluciona y avanza. Yo creo que debemos mantener la esencia de una marca, sin caer en estos sesgos raciales, siendo conscientes de cómo impactan. Cada vez es más indispensable que las marcas tengan un propósito. Algunas marcas han demostrado que adaptarse al ahora no significa perder quiénes son. Otras han hecho lo que han podido. Lo que está claro es que no podemos escudarnos en el ‘siempre ha sido así’. Dejadme que me ponga drástica. Antes las mujeres no trabajábamos ni votábamos. Algunos pensarán que era mejor así, por suerte, hemos cambiado. En las marcas debe pasar lo mismo.